Desde tu primer apretón de manos un desconocido se hace una impresión inmediata de tu vitalidad, carácter y espíritu, y un sentimiento general de tu actitud. La sequedad o humedad, temperatura y color, son signos de las reacciones de una persona a los actuales estímulos fisiológicos y a veces problemas de salud. Algunos rasgos del carácter son visibles en un apretón de manos: Flexible: Diplomático, sutil, encantador, humorístico y brillante. Rígido: Escéptico, resistente, sólido, inflexible, tradicional y perspicaz. Caliente: Grácil, comunicativo, magnético, apasionado y lleno de vida. Frío: Reservado, lúcido, irónico y sin sentimiento Húmedo: Emocional, compasivo, receptivo, sentimental y excitante. Seco: No emocional, interno y espiritual. Fuerte: Dinámico, emprendedor, deportista, energético y audaz. Suave: imaginativo, soñador, inactivo, dulce, sensual y divertido. Darse la mano es signo de amistad o estima. Dar tu mano en matrimonio es compromiso total. Estrecharse las manos, en numerosas sociedades, y especialmente en situaciones diplomáticas o de negocios, es imprescindible para llegar a un acuerdo. Estos y otros gestos manuales han sido reconocidos durante siglos.