Protege y repara.
Los labios carecen de glándulas sebáceas. Son, por tanto, más vulnerables y no pueden protegerse por sí mismos de la deshidratación y de factores agresivos externos tales como la polución, el frío, el sol o ambientes muy secos. Esta fragilidad se muestra con una pérdida de firmeza, irritación, manchas, aparición…